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The Hugo Chavez Show

Rafael Simón Jiménez

jimenez

Rafael Simón Jiménez fue vicepresidente del Parlamento hasta que rompió con Chávez. Jiménez creció en Barinas y conocía bien a la familia Chávez. Esta es la transcripción editada de la entrevista que se llevó a cabo el 4 de marzo de 2008.

“Chávez es un llanero clásico, incluso en la manera en que él construye su discurso, de cómo el combina verdades. Es un poco ese género que ha puesto de moda García Márquez de realismo mágico, o de las historias fabuladas”.

Háblame un poco de la vida con Chávez en Barinas.

Yo tuve oportunidad de conocer a Chávez cuando el tenía 13 años de edad. En todo el estado Barinas, que es un estado muy extenso, que tiene 35.000 Km2, había un solo liceo de educación pública. Eso quería decir que cualquier padre cuyo hijo llegara al sexto grado de educación primaria, si quería que siguiera estudiando y se abriera un camino en la vida, tenía que llevarlo a Barinas, a la capital de Barinas. Los Chávez, que son una familia numerosa, tuvieron dos hijos mayores: Adán y Hugo. Adán es exactamente de mi edad, incluso nació en el mismo mes y año, 1953. Fue él que yo conocí primero porque cuando yo entré a estudiar en Barinas, en el Liceo O'Leary (todos les decimos O'Leary, pero su nombre completo es Daniel Florencio O'Leary, un edecán irlandés que tuvo el Libertador Simón Bolívar) conocí a Adán, y luego, al año siguiente, Hugo fue a estudiar a Barinas.

Barinas era un pueblo, por supuesto muy rural, muy apacible, pero Sabaneta, que es el pueblo donde ellos nacieron, lo era mucho más. Es decir, la gente en Sabaneta —cuando llegaba a Barinas— era una metrópolis, era cosa de ver por primera vez cosas que no habían visto nunca en su vida. Eso lo dice el propio Chávez.

Y allí en el liceo… No hay que olvidar además que toda esta situación se produce en 1964, que es cuando entró, y entra Adán a estudiar primer año de bachillerato. Luego en el 1965 entra Hugo al liceo. Eran unos años muy convulsos en Venezuela. Eran unos años donde había todavía, como lo hubo en toda América Latina, luchas armadas; donde además [existe] el contexto internacional de todos aquellos sucesos que tienen que ver con la Guerra de Vietnam, con el mayo francés, con la Teología de la Liberación. Una serie de circunstancias que hicieron que los jóvenes de ese tiempo fueran jóvenes muy activos y muy preocupados por el tema político.

En el Liceo O'Leary, en los cinco años que yo estudié, hasta graduarme de bachiller en 1970, a mí me tocó una responsabilidad muy específica que me permitía ejercer un liderazgo sobre el resto de los jóvenes de mi generación. Yo era ya el líder político por una circunstancia muy especial: Ingresé a la política desde muy joven. Ya cuando llegué al liceo empecé a ser el jefe de movimientos políticos de izquierda y, por supuesto, el presidente del Centro de Estudiantes del liceo.

Allí establecimos una primera relación entre Los Chávez y yo, que además tiene otros vínculos porque mi mamá es educadora (fue educadora toda la vida) y había sido maestra del papá de Los Chávez, maestra en cursos de educación de adultos. Es decir, que nuestras familias y, pues nosotros mismos, teníamos una relación de ese tiempo.

¿Y Chávez estaba muy involucrado de las cosas políticas?

No, más bien era un hombre al que le gustaba mucho el deporte y lo que uno conocía en el liceo como las actividades complementarias, que tenían que ver con teatro, que tenían que ver con música, pero fundamentalmente el deporte. Él siempre tuvo una afición por el béisbol, que es el deporte por excelencia de los venezolanos. Él, eso lo ha dicho muchas veces, pero lo testimonió en su estadía en el O'Leary, que él soñaba con llegar a las Grandes Ligas, de ir a jugar al béisbol americano, como cada muchacho. Lo sé porque yo también [quería lo mismo], yo sin ser deportista, [pero] siempre me gustó el deporte.

Cada uno de nosotros tenía un ídolo al que deseábamos emular, al que deseábamos parecernos, al que deseábamos llegar a ser como él en el deporte. Aquí en Venezuela había para ese tiempo un gran lanzador que murió prematuramente en un accidente de aviación que se llamaba Isaías "Látigo" Chávez. Un pitcher zurdo que murió muy joven en un accidente de aviación en su pleno desarrollo. Bueno, Chávez (porque además tenía la afinidad del apellido) siempre lo ha testimoniado que él deseaba llegar a las Grandes Ligas y ser como el "Látigo" Chávez. Él se llamaba Isaías y le decían por apodo el "Látigo" Chávez.

Chávez fue un hombre que durante todos esos años sintió inquietud por el deporte sin involucrarse demasiado [en la política]; a pesar de que, a la hora de los conflictos, manifestaciones, protestas, que eran muy habituales durante ese tiempo, él también se involucraba, pero se involucraba como uno más. No se involucraba en ninguna posición de liderazgo.

Chávez es llanero y tú también. ¿Qué significa ser llanero?, ¿y qué tiene Chávez de esta cosa de ser llanero?

El llanero es el hombre de la llanura, digamos así, como el gaucho de las pampas; y el llanero es un hombre del caballo fundamentalmente. Se cree incluso que el llanero es una especie de alado o de Pegaso, es decir, un hombre que generalmente vive a caballo. El Llano es el epicentro de casi todas las leyendas y mitos venezolanos, de casi todos los cuentos. Al llanero le gustan mucho los cuentos y le gusta mucho construir mitologías. Incluso hay cosas famosas en el folclore venezolano. Por ejemplo, Gualberto Alberto Torrealba, un gran poeta venezolano, creó lo que se llama el corrido de Florentino y el Diablo (al que Chávez, por cierto, se lo sabe recitar de memoria) que es una pelea imaginaria entre el diablo y un personaje imaginario llamado Florentino. Bueno, eso que logró Gualberto Torrealba ahí, es la síntesis de cómo el llanero ve la vida. El llanero cree en una serie de cuentos, de mitologías. A nosotros cuando éramos pequeños, por ejemplo, nos metían miedo con todas esas leyendas del Llano: la Sayona, la Llorona, el Silbón (que es un personaje también clásico del Llano). […] El llanero tiene una idiosincrasia a la que Chávez es… digamos, es una tipología, y yo creo que toda esa manera de Chávez desenvolverse. El Chávez que yo conocí antes de ser presidente era dicharachero, era un hombre muy conversador. Además, le gustaba mucho todos los instrumentos del Llano. Era coplero. Era muy buen coplero. Yo lo he oído recitar las coplas.

Hay un corrido que le dedica Andrés Eloy Blanco, —tú sabes, el más grande poeta que ha tenido Venezuela— a su bisabuelo Maisanta, que es un corrido de caballería que tiene como 50 estrofas, y Chávez se lo sabe, se lo digo yo, se lo sabe de memoria. Es también un hombre que le gustan mucho los instrumentos musicales del Llano: el cuatro, las maracas, el arpa.

Y Chávez tuvo oportunidad incluso luego, de mayor, de mayor tenía cierto grado militar, de ser jefe de un campamento militar en el Orza (que es un pueblo clásico llanero ubicado en el cajón de Arauca, que es un cajón que comparten los llanos venezolanos, apureños y los llanos colombianos); y allí estuvo tres años como jefe de ese puesto. Bueno, Chávez se convirtió en el epicentro del pueblo porque Chávez era él que organizaba las fiestas, Chávez era él que organizaba bailes, porque él es un hombre típico del Llano. […] Chávez es un llanero clásico incluso en la manera en que él construye su discurso, de cómo el combina verdades (es un poco ese género que ha puesto de moda García Márquez de realismo mágico, o de las historias fabuladas).

Cuándo tú ves Aló Presidente, por ejemplo, tú ves al llanero?

Mira, sobre todo cuando se ve el Llano. Él ha hecho unos últimos programas de Aló Presidente, que los ha hecho en el Orza, que los ha hecho en Barinas. Bueno, el último incluso se montó a caballo. Yo creo que él ha volteado su personalidad con otros elementos, pero yo creo que sigue siendo el hombre típico del Llano. Y que toda su cháchara —como decimos aquí—, es un dicharachero y su actitud de conversador y de discurseador incansable, que es capaz de hablar cinco y seis horas, se construye un poco sobre eso. Son los elementos del Llano donde se combinan historias reales con historias fabuladas, con mitos, con verdades, verdades con novelas. Es decir, es un hombre muy influido por esa mentalidad tan propia del llanero. […]

En la Venezuela rural, que era la de los pueblos del Llano, no había luz eléctrica, y entonces la gente a partir de las seis de la tarde vivía en la oscuridad. Y la oscuridad daba lugar también a la existencia de todas esas leyendas, aparecidos, muertos caminando u hombres sin cabeza (era toda una mitología de la Venezuela rural). El llanero de hoy no es el llanero de hace 40 años porque el progreso ha llegado, porque se ha modificado el medio físico, porque se ha modificado el medio cultural, pero yo sigo viendo en Chávez los rasgos típicos del llanero.

Y después tú trabajaste con Chávez, ¿no?

Si, yo tuve oportunidad de ser, en el gobierno de Chávez, el viceministro de Interior y Justicia cuando Luis Miquilena fue titular de ese despacho; y luego ser vicepresidente de la Asamblea Nacional, en lo cual tuvimos una relación… Yo siempre he dicho que con Chávez no hay que estar ni tan cerca, ni tan lejos; ni tan cerca que uno se involucre en una personalidad evidentemente conflictiva, ni tan lejos que él no lo visualice en un momento determinado.

Entonces, cuando compartimos responsabilidades, cuando yo me involucré en la campaña de Chávez en 1998 y después en estas posiciones estuve más o menos cercano a él, pues uno se da cuenta, digamos, de la complejidad. Chávez es un personaje muy complejo en su personalidad. Es un personaje que puede hacer el gesto, digamos, más humano y de repente puede salir también con la más grande grosería, o con la más grande templanza, con la expresión más dura. Es un personaje demasiado complejo, demasiado difícil de relacionarse con él porque es impredecible. […]

Después, ¿que pasó?

Sí, bueno, cuando comenzaron a surgir diferencias que evidentemente, yo creo que Chávez sabía… Chávez me conocía a mí y yo lo conocía a él desde hace muchos años. Yo era jefe de uno de los partidos que lo respaldó, el MAS, que es un partido socialista democrático, un partido que evolucionó mucho en su pensamiento, que valora mucho la libertad, el pluralismo, la disidencia, el respeto por la gente; en fin que cree en el socialismo, en libertad y democracia.

Tuvimos una coincidencia con Chávez en cuanto que había que cambiar el gobierno y la sociedad venezolana y las instituciones venezolanas. Pero luego, cuando comenzamos la gestión de gobierno, comenzaron a aparecer las diferencias porque teníamos grandes diferencias en la manera de ver el futuro de Venezuela. El tenía un proyecto, nosotros teníamos otro. Durante algún tiempo nosotros tratamos de compatibilizar eso, de buscar privilegiar las cosas que nos unían por encima de las diferencias, pero llegó un momento en que se hizo conflictivo. […]

Chávez comenzó a tomar medidas que, a mi juicio, se salían del campo democrático. Por ejemplo, se comenzó a aprobar la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, tendiente a limitar la libertad de expresión y la libertad de los medios. Se tomaron medidas de modificación de la Ley del Tribunal Supremo de Justicia, tendientes a controlar el poder judicial. Entonces se comenzó a producir un deslinde temático, como lo llamaba él.

En el tema coincidíamos y no coincidíamos. Luego esa disidencia la asumí con absoluta libertad hasta que las cosas llegaron a un punto de ruptura, que fue precisamente después del golpe de estado que hubo en Venezuela el 11 de abril de 2002. Porque yo creí en Chávez. Chávez regresó al poder tres días después con un crucifijo en la mano y les dijo a los venezolanos que él iba a cambiar, que él iba a rectificar. Pidió perdón, llamó al diálogo nacional. Y yo creí en la sinceridad de sus promesas y comencé (lo que era un vocero muy importante porque era el vicepresidente de la Asamblea Nacional) a tomar una serie de iniciativas políticas tendientes a buscar esa apertura, a buscar ese diálogo, esa reconciliación con los venezolanos.

Un día me llamó a Miraflores y tuvimos lo que podríamos llamar una discusión, que fue definitoria en nuestra relación porque me dijo sencillamente a mí: "Mira Rafael Simón, tú y yo tenemos dos puntos, dos maneras de ver las cosas totalmente diferentes, y yo no voy a cambiar. Yo estoy absolutamente seguro de lo que he venido haciendo es lo que hay que hacer, que hay que mas bien profundizar, que nos ha faltado mano dura para ir más duro en los cambios, más violento, digamos, en las transformaciones en esta vía. Y bueno, yo sé que tú no estás de acuerdo con ello".

Tuvimos una discusión fuerte porque yo le manifesté mis inconformidades y mi manera de ver las cosas diferentes. Y al final, yo creo que deslindamos de una manera cordial, si se quiere. Nos dimos cuenta que él pensaba de una manera, que yo pensaba de otra. Y debo decir (cuesta mucho decir hoy en día porque yo soy un dirigente importante de la oposición venezolana y la oposición tiene una actitud cerril e intransigente frente a Chávez) que mi ruptura con Chávez fue en medio de una visión muy civilizada y que Chávez tampoco tomó ninguna actitud agresiva ni de descalificación. Simplemente entendió, con los años que teníamos conociéndonos, que la vida nos había llevado a un punto donde él tenía una manera de ver las cosas y yo tenía otra.

¿Ese fue el fin de la amistad?

Bueno, yo creo que más bien el distanciamiento, claro, porque Chávez plantea las cosas en blanco y negro. Yo que he sido político por años… Los venezolanos nos entendíamos y nos desentendíamos sin desmedro de la amistad y de las otras relaciones. Uno podía coincidir y uno podía tener diferencias y la amistad no se afectaba. Ahora Chávez ha creado una barrera entre los venezolanos: ha dividido, ha creado odio, ha creado enfrentamientos. Entonces es muy difícil restablecer… Yo no tuve con él ningún impasse de tipo personal, pero evidentemente que eso afectó dentro de otras cosas.

Tengo muchos años que no tengo relación de ninguna naturaleza con Chávez. Pero […] hay gente que Chávez ha botado, o que se han ido de sus proyectos políticos y las ha agredido, las ha descalificado; y la verdad es que yo sería un farsante, un embustero, si yo dijera que en algún momento ellos, y él particularmente, han tomado alguna tipo de actitud de retaliación, de descalificación conmigo. Creo que en el fondo él ha respetado los viejos vínculos que tuvimos y, sobretodo, ha respetado una cosa que él sabe, digamos, que está en mí, que es la condición que yo fui mucho antes que él un dirigente que creyó en ideas socialistas, en ideas de justicia (que él todavía cuando no estaba en eso, y estaba soñando con ser pelotero, yo ya estaba defendiendo esas ideas). Creo que por eso él siente un poco de respeto, ¿no?

Otra cosa, ¿tú sabes como votó la gente en Barinas al tiempo de la votación de la reforma?

Hubo casi un 50-50, el resultado exacto fue el siguiente: 54% a favor de la reforma, 46% en contra de la reforma.

¿En Barinas?

En Barinas, sí. Casi un empate técnico, ¿no? Y es una cosa bien atípica, porque Chávez, en ese resultado, a pesar que perdió el referendo nacionalmente, en los estados llaneros obtuvo una gran diferencia a favor: en Portuguesa ganó con el 70%, en Cojedes ganó con el 70%, en Guárico ganó con el 70%, en Apure ganó con el 70%. […] Pero en su estado Barinas, sin embargo, la diferencia fue muy poca.

Y no solamente la diferencia, lo más importante son las cosas que han pasado después. Por ejemplo que el pueblo saquee (porque ese pueblo chavista en Sabaneta, su tierra natal, su terruño, como decimos aquí los venezolanos, Chávez ganó con el 80% de los votos); y ese mismo pueblo se ha alzado dos veces contra Chávez. Se alzó cuando tomaron medidas contra unos humildes trabajadores de allí que se vieron involucrados en el caso de la estafa del central azucarero; y ahora tomaron medidas, saqueando el Mercal (el centro de abastecimiento del gobierno que había allí).

Y en Barinas lo que hemos visto día a día. La semana pasada hubo en Arismendi, es un territorio muy alejado de Barinas, una poblada que impidió que el maestro Chávez, el gobernador de Barinas pudiera irse en un helicóptero militar porque no había atendido la demanda de los pobladores. Es decir, que en Barinas, que debiera ser, digamos, la tierra donde Chávez debiera tener mayor confianza, mayor adhesión y mayor respaldo, bueno, ya se está viendo un resquebrajamiento del apoyo. Y en el referéndum, pues, el resultado fue casi parejo entre el Sí y el No.

Entonces se quejaron mucho de…

Sí, esa ha sido una de las cosas en donde Chávez ha reflejado insólitamente una gran debilidad en cuanto al control de su familia. Cuando uno saca la cuenta de los cargos públicos que ocupan Los Chávez… El padre es gobernador de Barinas, uno de los hermanos, le queda un puesto para él específicamente, secretario de Estado, que es Argenis. El tercer hermano, Aníbal, es el alcalde de Sabaneta, el pueblo natal de él. El cuarto hermano, Nacho, es una especie de alcalde paralelo en nuestro municipio, aspirando ser ahora alcalde del municipio Bolívar, que es barinista. Y el quinto hermano, que, por cierto, nunca se metió en política porque siempre trabajó en bancos, ahora también se involucró como presidente de un evento muy importante que hubo en Barinas, que fue la Copa América. E incluso, ahora dicen que también tiene intenciones de lograrse como alcalde de la capital de Barinas.

Si a eso sumamos, otros parientes… Por ejemplo, hay un pariente llamado Ramón Frías que es pariente de Doña Elena de Chávez, la mamá de Chávez, que es alcalde de Arismendi. Hay un primo de Chávez que tiene el puesto más importante, allá en PDVSA, petróleos de Venezuela, que es Asdrúbal Chávez, que es director de comercialización y es miembro del directorio de PDVSA.

Nos encontramos con, no solamente con un nepotismo, sino una cosa peor todavía, que es un cambio de modo de vida. Barinas es un pueblo donde todos nos conocemos, todos los barinenses, yo particularmente, pues tengo al menos 40 años de mi vida conociendo a Los Chávez. Debo reconocer, incluso, siempre lo he hecho, que el maestro Chávez fue un hombre muy esforzado, un hombre que se inició como maestro rural, ganando 600 bolívares mensuales, […] es decir, ganaba 150 dólares mensuales. Y con esos 150 dólares mensuales el maestro Chávez pudo llevar cinco hijos a la universidad y graduarlos a todos de profesionales. Era un hombre evidentemente muy esforzado.

Bueno, el cambio de vida que han tenido Los Chávez es una cosa impresionante. Yo creo que sus propios vecinos allá, de la urbanización Rodríguez Domingo— donde ellos vivieron y crecieron— son los que más cuenta; se dan de eso porque eran gente muy humilde, gente muy esforzada, gente que vivía de la manera más modesta. Y ahora son gente que nada más los carros, las casas, las propiedades que se sabe que tienen.

Y lamentablemente Chávez al principio, dijo al principio, 1999-2000, trató de ponerle coto a esa situación y de tratar de frenar la influencia de su familia en Barinas, pero se había desbordado. Hay quienes hablan evidentemente que, Doña Elena de Chávez, su mamá, es una mujer con carácter muy fuerte, una especie de matrona. Es decir, que ejerce una influencia muy grande. Eso no tiene nada de raro, porque la sociedad venezolana es fundamentalmente matriarcal. Aquí las mujeres mandan más que los hombres, mandan más en los hogares incluso, porque el hombre sale siempre a trabajar y la mujer se queda en el hogar y es la que ejerce la especie de conducción, digamos, de los hijos y de la casa.

En el caso de Doña Elena, eso es muy hipertrofiado; y ella evidentemente tiene un carácter muy fuerte, y ha ejercido siempre una gran influencia, autoritaria incluso sobre sus hijos, y sobre el propio maestro Chávez. Yo tengo información de que cuando Chávez estaba tratando de remediar esta situación, tratando de que su familia se colocara un poco al margen del protagonismo que han tenido en el estado Barinas, bueno, Doña Elena actuó, incluso compulsivamente en algunos casos, para imponer que sus hijos tuvieran el derecho a participar a todas estas, digamos, posiciones de gobierno y a beneficiarse del gobierno. De manera que yo creo que eso es una cosa que en los pueblos además se ve muy mal.

En Barinas, y en todas partes el nepotismo es una cosa censurada, condenable; e incluso más si el nepotismo va acompañado de manifestaciones de riqueza súbita, de cambio de vida que está a la vista de todos. Porque en los pueblos pequeños… Aquí hay un decir en Venezuela que afirma: "Pueblo pequeño, infierno grande". Es decir, que en los pueblos pequeños los ojos y la lengua de la gente, pues lo dice todo.

¿Chávez perdió un poco de popularidad ahora, después de la reforma, antes de la reforma?

Yo creo que ha venido en un proceso de desgaste progresivo. Las pérdidas de apoyo no son hechos que se producen en un momento determinado. Se manifiestan en un momento determinado que es otra cosa. Es un poco de las leyes de la dialéctica hegeliana que Marx adopta, que es la ley de los cambios cuantitativos o los cambios cualitativos, que si se va produciendo en los ciudadanos un descontento progresivo y llega un momento de ruptura.

Yo creo que se venía acumulando una serie de insatisfacciones colectivas alrededor de Chávez, por la falta de soluciones, por lo que él mismo ha dicho. Yo creo que el principal y el más certero crítico de su gobierno ha sido él mismo. Él dice que hay tres factores que conspiran contra su revolución: la burocracia, la ineficiencia y la corrupción. Está claro en el diagnostico, pero no hace nada por resolverlo.

Entonces creo, además, que sin tener muy claro la idiosincrasia del pueblo venezolano, ha privilegiado lo que llaman la agenda ideológica al querer imponer un proyecto totalitario, un poco arcaico, de los fracasados intentos de ensayo de socialismo en la antigua Sociedad Soviética, en Cuba, en Corea del Norte, por encima de lo que la gente quiere de él. Chávez pierde.

Por ejemplo, Chávez gana por amplio margen las elecciones en 2006, saca 3 millones de votos de ventaja por encima de su competidor Manuel Rosales. Y un año después, pierde el referéndum, y pierde más de 3 millones de votos. Uno se pregunta: ¿qué pasó en un año?. Bueno, pasó que la gente que ya venía insatisfecha, pero le dio otra oportunidad a Chávez, se dio cuenta que la agenda de Chávez era distinta a la agenda de los ciudadanos.

Chávez este año cometió el desacierto de cerrar RCTV, un canal histórico además. Un canal que ni siquiera era histórico por lo político, por el contenido político. Era histórico por la diversión, por el entretenimiento, por las novelas que ve fundamentalmente el pueblo más humilde, que es el pueblo que ha votado por Chávez. Y después se embarcó en la idea de imponer un modelo, que estaba en esa reforma constitucional, con un estado totalitario, con un estado intervencionista, con una restricción de libertades, con la inclusión de una cláusula constitucional que le permitía a él quedarse en el poder hasta que él quisiera. Bueno, y la gente lo que le estaba pidiendo era que hubiera leche, era que la gente la mataban todos los días en la calle en Caracas y en las principales ciudades del interior, que hubiera trabajo, que hubiera progreso. Es decir, él sustituyó la agenda de los venezolanos por su propia agenda. […]

Chávez ha sido, sin duda alguna, el líder popular más importante que ha tenido Venezuela en toda su historia contemporánea. Pero el Chávez de hoy es un Chávez evidentemente menguante, como decimos los venezolanos, un Chávez que tiene el sol a la espalda, porque a partir del 2 de diciembre fue derrotado su proyecto político y fue derrotado su intención de quedarse indefinidamente en el poder.

¿Y eso pasa a partir de Barinas también?

Bueno, en Barinas se plantea un caso muy peculiar porque el maestro Chávez, el gobernador de Barinas, no puede volver a reelegirse. Entonces Chávez está en una encrucijada, ¿qué hace con Barinas?, o sea, ¿qué hace con Barinas en cuanto a quién va a ser el candidato del chavismo en Barinas? Entonces, primero hay una disputa familiar porque Argenis Chávez, que es el secretario de estado y la mano derecha de su papá. Todo el mundo dice que es él el que manda allá porque el maestro Chávez, además, es un hombre enfermo, un hombre al que le dio un accidente cerebrovascular hace unos tres, cuatro años, y que tiene que estar en permanente rehabilitación, incluso con vías de a tubo de forma permanente.

Argenis aspira, aspira Adán que es su hermano mayor, por el que guarda más respeto, que ha ocupado altísimos cargos. Actualmente es ministro de Educación. Y fuera de Los Chávez hay otros candidatos al chavismo. Entonces, el destino del chavismo en Barinas va a depender en buena medida de la decisión que Chávez tome en cuanto a quien va a ser el candidato. Es decir, si Chávez nombra a un Chávez para que continúe la monarquía y la hegemonía familiar en Barinas, yo creo, incluso, que dentro del propio chavismo se va a producir una ruptura, y que Los Chávez en Barinas van a ser derrotados electoralmente.

Pasamos un poquito rápido por la niñez. Me intriga este niño beisbolista. ¿Cuándo se politizó?, ¿cuándo viste que tenía alguna aspiración política?

Mira, esa es una historia que él mismo ha contado. Él se viene a la Academia Militar pensando en ser beisbolista, en que la Academia Militar estando en Caracas, le iba a despejar el camino para él acceder, digamos, primero, por supuesto, al béisbol venezolano y de allí es un peldaño para ir a las Grandes Ligas, ese sueño de niño. Pues, de grande, por cierto, lo ha cumplido también porque "pitchó" una vez en el Yankee Stadium, que parece era uno de sus sueños más grande, en una de las visitas que hizo a los Estados Unidos, a las Naciones Unidas.

Entonces a él, en la Academia Militar, comienza a tocarlo el tema político, ¿por qué vía? Por vía de su hermano mayor, Adán Chávez, que se conecta con la izquierda en Mérida donde fue a estudiar en universidad, por la vía de un vecino, José Esteben Ruiz Guevara, y de un hijo de José Esteban Ruiz Guevara, Vladimir Ruiz (que también empieza como a hacerle, digamos, la clave de las primeras inquietudes políticas). Entonces, él se va metamorfoseando, se va transformando de ese joven con inclinaciones militares, con inclinaciones deportivas, a un hombre que ve en la política conectado a la milicia. […] Y él mismo dice, fíjate tú que él echa esta anécdota, ¿no?, que cuando él se dio cuenta, que él ya no quería, digamos, llegar a su meta de ser el "Látigo" Chávez, de ir a las Grandes Ligas, él fue a la tumba de "Látigo" Chávez, que está enterrado en el Cementerio General del Sur, que está aquí en Caracas. Él allí le hizo una oración y le explicó sobre la tumba que el renunciaba, digamos, a seguir [sus pasos].

Es decir, se va produciendo como una transformación de objetivos y deja la aspiración del béisbol para seguir en el camino politizado de penetración en las fuerzas armadas, ¿no? con miras a lo que luego fue, digamos, toda la conspiración en las fuerzas armadas y el golpe del 4 de Febrero de 1992.

Parece una persona de grandes actos… una persona heroica.

Él es grandilocuente más que de actos heroicos. A él, para los actos heróicos, le falta no tener instinto de conservación tan desarrollado. Él sueña con el heroísmo y admira el heroísmo pero él no tiene la decisión del héroe. Parte de su admiración por personajes como Fidel Castro, como Manuel Marulanda "Tirofijo", como Ortega, como el "Che" Guevara, como Salvador Allende; es porque él ve en ellos unos héroes que él no ha sido capaz de ser. Es decir, a él le falta llegar a la condición de héroe. Requiere de varias condiciones, entre otras cosas requiere de un valor y un desprendimiento, incluso de perder el miedo a la muerte como lo perdió Allende, como lo perdió el "Che" Guevara y como lo pierde todo el que se embarca, y como el propio Fidel Castro [se embarcó] en sus acciones para concretar la Revolución Cubana.

Chávez no ha tenido nunca gestos de héroe. Chávez, el día que se insurreccionó el 4 de febrero de 1992, se rindió mansamente, incluso antes que se rindieran sus otros compañeros de armas. El 11 de abril, cuando [fue] el golpe de estado, todo el mundo le pedía que se inmolara, que peleara hasta el final y el fue y se rindió ante los militares. Es decir, a él siempre le ha faltado. No sé por que. No, no lo califico, ni lo descalifico porque los venezolanos decimos que el miedo es libre, porque el miedo es un sentimiento humano como cualquier otro. Pero evidentemente él no tiene vocación de héroe. Por eso es que él admira tanto a los héroes, y por eso es que él habla tanto de los héroes, y por eso es que él le rinde culto a los héroes, porque él no tiene pasta de héroe.

¿Está tratando de ser como Fidel?

Es que es muy difícil ser como Fidel. En estos días Carlos Fuentes, el escritor mexicano decía que, y con todo, Fidel Castro es un personaje excepcional. Más allá del juicio histórico que evidentemente le era totalmente desfavorable porque se ha transmutado en un dictador absurdo, en un dictador cuyo único legado va a ser someter al suplicio, al hambre, a los padecimientos al pueblo durante casi 50 años. Pero es evidente que la personalidad de Castro es una personalidad llena de atributos que le reconocen sus más enconados adversarios. Yo he leído testimonios del exilio histórico de Miami, incluso gente como Luis Posada Carriles que estudió con él en la Universidad de La Habana, bueno, que dice que Fidel era excepcional por su inteligencia, por su fortaleza física, por su valor personal, es decir, y después por su formación.

Fidel es un personaje excepcional. Chávez lo que pasa es que se enamora del Fidel Castro decrepito, es decir, del Fidel Castro al final de su vida y cuando ha perdido toda su estrella. No hay que olvidar, yo que conocí el proceso de la Revolución Cubana, que en 1959-60 se presenta Fidel Castro, un icono para América Latina, un icono, no solamente para el común de América Latina, para los intelectuales del mundo que le admitieron durante mucho tiempo, encabezados incluso por Jean-Paul Sartre, la intelectualidad más lucida, los exponentes más grandes. Porque Fidel fue, por su personalidad, por sus atributos, por el heroísmo de sus luchas en el asalto de Moncada, el asalto al Palacio Presidencial, las luchas en la Sierra Maestra, un hombre excepcional.

Yo creo que Chávez lo ve como un guía, como un padre, le rinde reverencia. Pero evidentemente que Chávez no tiene las condiciones ni los atributos de Fidel Castro. Estamos hablando de dos cosas radicalmente distintas. Chávez es un hombre […] que no le llega ni por los pies a Fidel Castro. […] Más allá de lo que terminó siendo Fidel Castro.

publicado 19 de noviembre de 2008

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